sábado, 28 de marzo de 2020

Fases en el desarrollo del juego


El juego patológico sigue un patrón uniforme, el cual suele comenzar habitualmente en la adolescencia, aunque puede hacerlo en cualquier edad, yendo desde las primeras apuestas hasta la pérdida total del control, en un promedio de cinco años (con límites entre uno y veinte años). El jugador pasa entonces por tres fases:

Fase de ganancia

  • Al principio, se dan frecuentes episodios de obtención de premios, que llevan al jugador a una mayor implicación en el juego y a creer que es un jugador excepcional. 
  • Durante este periodo las cantidades apostadas son pequeñas y la realización de estas no son más esporádicas. Estas ganancias le producen una gran excitación y expectativas de que puede ganar aún más dinero. 
  • Esta fase puede durar desde varios meses hasta varios años.

Fase de pérdida

  • Debido el optimismo que caracteriza al jugador en la fase previa de ganancia, con el objetivo de conseguir mayores premios arriesga cada vez más, pero comienza a perder dinero, perdiendo más cuanto más apueste
  • Una vez que la persona se ha hecho jugadora habitual, el factor más importante que va a posibilitar que se convierta en jugador patológico es su accesibilidad al préstamo. 
  • Se produce el fenómeno de “caza” consistente en que el jugador cada vez juega más para intentar poner fin a sus deudas y cada vez pierde más y éstas son mayores
  • En este momento puede aparecer la idea de que el juego no sea la forma más fiable de obtener dinero pero es más fuerte la de “ganar es fácil”. En este momento ya no juega para ganar sino para recuperar lo perdido. 
  • Préstamos, sueldo gastado en juego, pequeños robos o estafas, relaciones familiares y laborales deterioradas son algunas de las consecuencias que siguen, y que van a agravar más aún el problema al no conseguir dinero y perder el que ha conseguido ya in extremis. 
  • En este momento el jugador se ve obligado a confesar su problema a la familia, amigos, etc., y decide, e incluso promete que va a dejar de jugar. Esto dura poco tiempo y pronto, una vez conseguido dinero, vuelve de nuevo a jugar.

Fase de la desesperación

  • En esta fase el juego alcanza gran intensidad en el jugador, viviendo éste sólo para jugar. Se despreocupa totalmente de la familia, amigos y trabajo. Esto exige aumentar los riesgos, verse implicado en mayores problemas financieros y legales.
  • En este punto, la gran mayoría de los jugadores patológicos ya han perdido su trabajo. Se les incrementa el nerviosismo e irritabilidad, tienen problemas de sueño, comen poco y su vida les resulta poco placentera. Se sienten psicológica y fisiológicamente agotados; en suma, desesperados. 
  • Todo esto produce en el jugador un estado de pánico ocasionado por sus enormes deudas, el deseo de devolver el dinero rápidamente, la recuperación de su familia, si no se ha producido una ruptura o divorcio, y amigos, el desarrollo de una reputación negativa, problemas de depresión o ideas de suicidio y un deseo nostálgico de recuperar aquellos primeros días de ganancia en la primera fase. 
  • En este punto percibe pocas alternativas: el suicidio, la cárcel, escapar o buscar ayuda.

Existen autores que hablan sobre una cuarta fase la de la desesperanza o abandono

  • En ésta los jugadores asumen que nunca podrán dejar de jugar. Incluso sabiendo que no van a ganar siguen jugando; tienen la necesidad de jugar por jugar, juegan hasta quedar agotados. 
  • El pronóstico en estos momentos es muy negativo, pues a sus conductas de juego compulsivo se une el convencimiento de que es inútil hacer nada para intentar solucionarlo.

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